𝑨𝒅𝒊𝒐́𝒔 𝒂 𝑬𝒖𝒓𝒐𝒗𝒊𝒔𝒊𝒐́𝒏 🤷♀️
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Bueno, parece que esta vez el festival de las plumas, las luces y los “12 puntos” se queda sin su invitado español favorito. RTVE ha dicho: “Gracias, pero no gracias” —o mejor: “gracias, pero con señas de humo, no por nosotros”. Con Israel paseando su pasaporte por el escenario, España decide bajarse del barco: ni candidatura, ni retransmisión, ni galas.
Dicen que Eurovisión era “un festival de canciones, de unidad, cultura, buen rollo y disfrazarse de unicornios”, pero resulta que también es un bingo geopolítico, y RTVE ha optado por no fichar esa papeleta. Otros países ya habían avisado con gesto solemne, como quien deja unas llaves sobre la mesa: Irlanda, Países Bajos, Eslovenia... ahora se suman quienes aún quedaban con botas interesadas para bailar.
Así que, adiós a las luces, los fuegos artificiales y las corcheas eurovisivas. España sale del salón de baile. Si querías emoción, color y viejas tradiciones de jurados + televoto + sobornos emocionales... tendrás que buscar otra fiesta. Que no digan luego que no había drama.
¿Y ahora qué? Pues silencio en vez de ensayo general, sofá y manta en lugar de semifinales, y la satisfacción de evitar que la música tape otras sirenas. Porque, al parecer, cuando la canción huele a intereses mayores que un estribillo pegadizo, hay quienes prefieren que la voz quede muda.
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